La página del SEPE recoge los diferentes tipos de contratos que ofrece la normativa laboral para dar respuesta a las necesidades de las empresas y las personas trabajadoras. Uno de ellos es el contrato de trabajo de fijo discontinuo, una de las novedades que planteó la reforma laboral de 2022.
¿Qué es un contrato fijo discontinuo?
Según lo que recogen en este organismo, los contratos fijos discontinuos son un tipo de contrato indefinido diseñado para los puestos que, aunque se llevan a cabo de manera intermitente por sus características, se hacen de manera estable. Es decir, no hace falta cubrir ese puesto de manera constante todo el año, pero si en periodos regulares y recurrentes, aunque intermitentes.
Los contratos de fijos discontinuos han servido para reducir la temporalidad que abundaba en muchos sectores, mejorando las condiciones del trabajador al pasar a tener un contrato indefinido. Aun así, en los periodos en los que no se trabaja, la persona fija-discontinua no cobrará ningún salario ni se abonarán cotizaciones a la Seguridad Social.
¿Cuándo usar un contrato temporal o un fijo discontinuo?
Lo que caracteriza a los contratos fijos discontinuos es la necesidad de cubrir el puesto de manera recurrente y regular. En cambio, según el SEPE, un contrato temporal es «aquel que tiene por objeto el establecimiento de una relación laboral entre la empresa y las personas trabajadoras por un tiempo determinado». Pero, explica, habrá que demostrar que hay una causa justificada para esta temporalidad, y para ello «será necesario que se especifique con precisión en el contrato la causa habilitante de la contratación temporal, las circunstancias concretas que lo justifican y su conexión con la duración prevista».
Es decir, con la nueva normativa, los contratos temporales se podrán usar en estos casos:
- Sustituir a una persona trabajadora
- Circunstancias de la producción muy concretas, donde haya un aumento repentino e imprevisto de la actividad habitual
Gestión del contrato fijo discontinuo
La gestión de los contratos fijos discontinuos presenta una serie de peculiaridades en comparación con otras modalidades. A continuación, te lo contamos todo:
Formalización
Como en los demás casos, la formalización del contrato fijo discontinuo debe ser por escrito y recogiendo los elementos clave de la actividad laboral, como:
- Duración del periodo de actividad
- Duración de la jornada laboral (puede ser completa o parcial=
- Salario, etc
Llamamiento
El llamamiento hace referencia a la notificación a la persona trabajadora de que deberá reincorporarse a la actividad laboral. Los criterios dependerán del convenio colectivo o del acuerdo de empresa en su defecto, pero sí que deben hacerse de manera que quede constancia de la notificación a la persona involucrada. Esta notificación debe incluir toda la información necesaria que sea relevante para la reactivación de la actividad y la duración de esta, y tramitarse en un periodo de mínimo 48h.
Para ello, hay soluciones diseñadas para facilitar este proceso de llamamiento a los empleados, como las notificaciones electrónicas certificadas de Logalty. Este servicio te permite enviar información relevante y demostrar que ha sido recibida por el destinatario con fecha de entrega.
Hay que señalar que, si no se cumpliera el plazo del llamamiento, las personas fijas discontinuas podrían llevar a cabo acciones durante los siguientes 20 días. Además, el despido se podría considerar como improcedente, debiendo compensar con su correspondiente indemnización.